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Calentar agua con sal en una sartén y agregar el 10% de vinagre blanco (si se echa 1 litro ó 4 tazas de agua, se debe echar 1/3 de taza de vinagre blanco). Llevar el agua hasta punto de hervir y luego bajar la temperatura para que el agua no burbujee.
Echar los huevos 2 ó 3 a la vez, dependiendo del tamaño de la sartén y dejar cocinar de 3 a 4 minutos, hasta que la clara esté cocida y la yema esté suave. Mientras el huevo está en la sartén evitar que la clara se desparrame y con una cuchara envolver cada yema con su misma clara. Una vez pasados los 3 minutos, retirar el huevo de la sartén y colocarlo en agua fría con sal para parar la cocción. Una vez fríos, cortar con la ayuda de unas tijeras las barbas o hilos que se hubiesen formado. Deben quedar redondos y lisos.
Otra manera más sencilla es usar moldes individuales. Rellenar los moldes con un poco del agua caliente de la sartén y luego echar cuidadosamente el huevo. Introducir el molde con el huevo en la sartén con agua y dejar cocinar 3 a 4 minutos hasta que queden escalfados. Retirar el molde de la sartén y verter el huevo en agua fría con sal. Proceder de la misma forma. Reservar.
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